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El primer regalo de Cuaresma que Dios te da es a ti mismo: dale la bienvenida a tu realidad y vívela a la luz de la misericordia de Dios

El primer regalo de Cuaresma que Dios te da es a ti mismo: dale la bienvenida a tu realidad y vívela a la luz de la misericordia de Dios

Esta Cuaresma que comienza no será un tiempo de descanso. Simplemente porque el Señor no logrará la gracia de la conversión en nosotros sin nuestra colaboración activa. No hay tranquilidad, pero debemos trabajar, estar activos para colaborar con Dios para nuestra transformación. Por el contrario, de acuerdo con las indicaciones de la Palabra de Dios (Joel, 13), el Señor nos acompaña en una aventura loca: reconocer nuestro pecado y aceptar humildemente nuestras debilidades, llevarlas a la conciencia a través de un proceso de acompañamiento espiritual y un viaje penitencial, tomar la decisión de cambiar nuestra vida, elegir nacer de nuevo en Cristo, dejarnos llenar de su misericordia, experimentar la alegría de ser perdonados y amados.
 
En resumen, dejar que nuestros corazones acepten uno a uno los regalos que quiere darnos, día tras día, es el primer paso para vivir este viaje de Cuaresma. Y el primer regalo que Dios te da es a ti mismo, con toda tu simplicidad y toda tu belleza. No fuiste creado por el automatismo, sino por el amor. No eres un esclavo, sino un amigo. No eres un artista, sino un colaborador. Así que atrévete a darte la bienvenida, cómo Dios te creó, cómo te amó y aún te ama. ¿Eres un pecador, frágil, imperfecto? ¿Te ves indigno de la ternura de Dios? No hay duda, pero todo esto lo sabe, lo sabe mejor que tu, pero su ternura por ti permanece, porque sabe que eres mejor que todas tus fallas y errores, porque confía en ti y ve lo mejor de ti. "Desgarra tu corazón", agrega Joel, no para destruirlo, sino para exponerlo al dulce calor del corazón de Dios, para atreverse a moverse con él en su vida, en tu vida. Es en las elecciones que haces hoy que ya participas en lo que Dios hace por ti.
 
Mi amigo, levántate, no tengas miedo, vete decisivo, no estás solo en este viaje cuaresmal. Tu Dios está contigo, esperándote y contando contigo. Buen viaje cuaresmal 2020.

Vuestro hermano
P. Léonard Ndjadi, mccj

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