
En resumen, dejar que nuestros corazones acepten uno a uno los regalos que quiere darnos, día tras día, es el primer paso para vivir este viaje de Cuaresma. Y el primer regalo que Dios te da es a ti mismo, con toda tu simplicidad y toda tu belleza. No fuiste creado por el automatismo, sino por el amor. No eres un esclavo, sino un amigo. No eres un artista, sino un colaborador. Así que atrévete a darte la bienvenida, cómo Dios te creó, cómo te amó y aún te ama. ¿Eres un pecador, frágil, imperfecto? ¿Te ves indigno de la ternura de Dios? No hay duda, pero todo esto lo sabe, lo sabe mejor que tu, pero su ternura por ti permanece, porque sabe que eres mejor que todas tus fallas y errores, porque confía en ti y ve lo mejor de ti. "Desgarra tu corazón", agrega Joel, no para destruirlo, sino para exponerlo al dulce calor del corazón de Dios, para atreverse a moverse con él en su vida, en tu vida. Es en las elecciones que haces hoy que ya participas en lo que Dios hace por ti.
Mi amigo, levántate, no tengas miedo, vete decisivo, no estás solo en este viaje cuaresmal. Tu Dios está contigo, esperándote y contando contigo. Buen viaje cuaresmal 2020.
Vuestro hermano
P. Léonard Ndjadi, mccj
Comparte este artículo